Covid -19

En el año 2020 iniciamos la campaña «Por mí, no te vas a contagiar, yo te cuido»
para la prevención y manejo del Covid-19, donde aprendimos que en medio de la
dificultad somos resilientes.
Esta información ha sido estructurada por el personal médico, y asistencial de
QUIASMO IPS, quien vivió en primera línea el estado de emergencia y queremos
que sean nuestra voz.

Te comprendimos: sabíamos que no la estabas pasando bien, te respetamos: por
ello creamos un plan integral y diferencial de atención médica domiciliaria y post
COVID.
El mundo no se detuvo y esto nos llevó a crear estratégicas y alianzas sólidas nos
permitieron innovar, llegar mas lejos que los demás en un periodo de tiempo más
corto, logrando un manejo oportuno ….

«La esperanza es desear que algo suceda» como Institución entendimos que el
trabajo en equipo, la fe y la valentía del personal médico y/o administrativo ha
logrado manejar, controlar y superar la crisis sanitaria, brindando un servicio de
calidad, seguro, confiable y moderno a nuestros pacientes, buscando cada día
mejorar, innovar y transformar el conocimiento adquirido en nuevos programas de
atención en salud que generen bienestar.

El “paciente sano”: desafíos éticos de la medicina preventiva

Si bien la creciente masificación de medidas de prevención tiene importantes beneficios médicos, de ella ha surgido una nueva y paradójica figura: el ‘paciente sano’ también llamado paciente en espera’ o ‘nuevos enfermos’. Este fenómeno expresa un oxímoron, es decir, una “combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras o expresiones de significado opuesto que genera un nuevo sentido, como en un silencio atronador”.

El ‘paciente sano’ refiere, pues, a una persona que no posee un cuadro clínico concreto y, por tanto, no es paciente en sentido estricto. No obstante, en cuanto portador de alguna predisposición genética o riesgo, en cierto modo ya es paciente al menos bajo dos aspectos:

Fundamentos de la relación enfermera-persona sana o enferma

La relación enfermera-persona sana o enferma no ha sido suficientemente abordada, no sucede de igual manera con la relación médico-paciente la cual es tratada con cierta frecuencia. De hecho, algunos profesionales de la salud consideran que las relaciones médico-paciente y enfermera-persona sana o enferma son las mismas, y declaran que no hay diferencia alguna entre ellas. Sin embargo, a pesar de compartir igual objeto de estudio y espacios comunes para el ejercicio de cada profesión no poseen iguales contenidos ni funciones. En opinión de la autora existe una gran diferencia entre la actuación médica y de enfermería, por lo cual las relaciones terapéuticas que establecen cada tipo de profesional con las personas enfermas o sanas no han de ser las mismas.

Todo lo cual motivó a realizar una reflexión teórica sobre los reales fundamentos que sustentan la relación enfermera-persona sana o enferma y que lo hacen distinta a la relación médico-paciente, asumiendo el basamento histórico social y religioso que sirvieron de base en el origen de ambas profesiones. Considerando finalmente que el tema se declara abierto al análisis y debate y no lo da por concluido o agotado, resaltando que el tratar de igualar los fundamentos de la relación médico-paciente y enfermera-persona sana o enferma constituye un error ético y asume que colocar este tema a debate obligaría a repasar los elementos que desde el punto de vista religioso y social tiene de antecedentes la problemática enfermera-paciente y médico-paciente porque, sin lugar a dudas, la hegemonía y preponderancia médica ha minado las relaciones médico-paciente las cuales han jugado un papel en la historia de la medicina y en el modelo de cuidados e imagen que sobre la actuación de enfermería poseen los profesionales de la salud y la sociedad.

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